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Mostrando entradas de abril, 2011

EL RELOJ

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Supongo que no quieres creer que de verdad lo compré para mí y luego no supe qué hacer cuando no me gustó. Y tampoco creerás que regalo todo lo que no me sirve o lo que me gusta en extremo.  Cuando era pequeña me resistí cuanto pude a ir al colegio. Era incomprensible para mí el tener que abandonar la protección de mi hogar para enfrentarme a un mundo exterior que parecía dispuesto a destrozarme en cualquier momento. Así de hipersensible era.  El primer año y medio de escuela lloré tanto que ya nadie sabía qué hacer conmigo. No resistía el mundo. Para mí la felicidad consistía en cinco amigos imaginarios dentro de la casa (mi querido y guapo Rex, entre ellos), tres fuera de ella, el constante mal humor y disciplina draconiana de mi madre y las visitas a mi madrina. Ese era el paraíso.  Cuando me dejaron naufragar en las aguas del mundo incomprensible, me encontré con una maestra de párvulos histérica y desequilibrada que me producía terror y vómitos. Obviamente entre más vómitos ver

Poemas de amor en "Lapidaria"

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I AMOR una nueva certeza nos unirá la de los cuerpos en la danza ancestral II                          A Roque Dalton Naces de nuevo entre mis piernas Vienes a buscarte a escarbarte real verdadero entre ellas Te elevas sobre la pequeñez de tu diaria miseria para hacerte inmortal *Fotografía de Raúl Piedrasanta.

Poemas de "Lapidaria"

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I Soy lapidaria                   (ante todo) con pecados, dudas y contradicciones quiero tirar  la primera piedra II La vida se revuelve furiosa me muerde loca arrastra mis destrozos en torbellino expansivo vertiginoso Me arranca labio   piel    vientre Cuando abre su enorme ojo quiere convencerme de la felicidad III A la vuelta de la esquina esperan hombres me asaltan sus miradas Buscan desesperados instintivamente todos mis años y experiencias no vividos IV Esculpen con fuerza mis aristas debo caber en el molde Duele el cuerpo de tanto forzarlo No subiré al pedestal Ya basta de idolatrías y esclavitudes V La mujer atrapada          en el espejo hurga en la sombra buscando  la punta  del destino perdido